Septiembre 2018
Los educadores que estamos comprometidos con una educación consciente, activa y respetuosa tenemos claro que la actividad principal del niño hasta los seis o siete años debe ser jugar. Además del placer que les produce esta actividad libre, el juego cubre la necesidad legítima de movimiento que tienen los niños, favorece el desarrollo psicomotor y permite ensayar muchos de los movimientos que posteriormente facilitarán el aprendizaje de la lecto-escritura y de otros contenidos conceptuales. En el post El juego ¿sólo en la infancia? ya abordé el tema de los múltiples beneficios que aporta el juego libre al desarrollo integral de los niños y las niñas.
En el post de hoy nos vamos a centrar en el uso de las MANOS a través del MODELADO como una de las actividades que se pueden integrar dentro del juego libre.
Algunas ideas clave a tener en cuenta si trabajáis o sois mamás/papás de niños de entre 3 y 6 años:
- Cuanto más jueguen, mejor. El juego libre implica que el adulto acompaña, o está cerca, pero interviene en las decisiones del niño lo mínimo posible.
- Materiales naturales y de calidad. En la medida de lo posible priorizamos el uso de materiales naturales y de calidad ya que esta decisión influye positivamente en la experiencia de juego y en el desarrollo del sentido del tacto.
- Demos a los niños el tiempo que necesitan para jugar, crear y disfrutar. Nuestros tiempos como adultos no son los mismos que los suyos, aprendamos a aceptar y respetar esta diferencia.
- No busquemos un fin a todo lo que hacemos. El proceso de crear, destrozar, volver a crear es enriquecedor en sí mismo, especialmente en estas edades. Dejemos que la imaginación y las posibilidades creativas de cada niño vuelen libres.
Modelando con…
Barro o arcilla. La forma más natural de tomar el contacto con el modelado es permitir a los niños que jueguen con tierra y agua para que con barro pueda dar forma y convertir en algo físico lo que libremente les salga crear.
Cera de abeja. El calor de nuestras manos permite reblandecer la cera y darle forma. Es un material natural que al modelarlo, además del placer para el tacto y el olfato, nos ayuda a comprender que las transformaciones no siempre son inmediatas, requieren tiempo, paciencia, calor y voluntad.
Arcilla polimérica de secado al aire. Este tipo de arcilla tiene propiedades muy interesantes que permiten a los niños moldearla con facilidad, identificar la propiedad de la elasticidad de una forma limpia y segura y decidir si quieren reutilizarla en otro momento de juego o dejarla secar al aire, no necesita horno, para que se endurezca y mantenga la forma creada.
Hay otros tipos de masas que cubren esta necesidad creativa y de movimiento de dar forma a un material dúctil y agradable para los sentidos, por ejemplo la masa para hacer pan o una pizza, y además de los beneficios del modelado es una actividad con un fin muy saludable ¡comer lo que nosotros mismos hemos elaborado!