Febrero/February 2017

Hablar “bonito” requiere intuición, voluntad, requiere tiempo, paciencia y sobre todo, haberse sanado como mujer o como hombre para poder educar de una forma digna, respetuosa y que permita a ese niño no solo crecer en altura y conocimientos, sino en seguridad, autoestima e inteligencia emocional. Valeria Sabater

dos

Háblame claro pero bonito

 

• Pronuncia mi nombre con cariño.

•Háblame con firmeza pero no me grites.

Háblame de igual a igual, con respeto y serenidad.

Soy un ser libre y muchas veces no entiendo que haya que obedecer tantas normas y hacer siempre las cosas a tu manera, ¿por qué no puedo hacerlas a la mía? No quieras controlarlo siempre todo. 

Me gusta que seas auténtico, que te muestres conmigo tal y como eres (¡siempre que sea de una forma respetuosa!) pero te pido que también me aceptes y respetes tal y como soy yo en las diferentes etapas de mi desarrollo.

• A veces te diré que no. Es muy importante que aprenda a poner límites para no convertirme en una persona vulnerable y manipulable. Expresar lo que quiero me ayuda a formar mi propio criterio y a desarrollar autonomía.

Déjame el tiempo que necesito para hacer las cosas. Tú tienes tu ritmo y yo el mío.

• Aunque me encanta que valores lo que hago si abusas del refuerzo positivo perderá todo el valor que tiene y aprenderé a hacer las cosas sólo para agradarte.

• Prefiero que no me compares con nadie.

• Percibo perfectamente cuando estás presente, cuando me escuchas de verdad y cuando conectas conmigo genuinamente.

…y no olvides que en la tarea de educar tú y yo aprendemos ; )

 

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